Aún hoy en día, siguen existiendo personas algo reacias a las terapias, y es que el tópico de que «es cosa para los locos» está aún a la orden del día.
Hoy en día sufrimos muchos momentos de estrés, traumas, tensiones, ansiedad… y no sólo eso, si no que, cada uno de nosotros acarreamos traumas infantiles del niño herido, patrones de repetición transgeneracionales, etc. Y vamos cargando a lo largo de nuestra vida de una mochila repleta de cosas que tarde o temprano tenemos que soltar.
¿Qué efectos tiene ir a terapia?
- Conoces cosas de ti mism@ que no sabías.
- Vas retomando el control de tu vida.
- Creas hábitos que van mejorando tu estilo de vida.
- Te sientes acompañado y arropado en el proceso.
- Vuelves a retomar actividades que antes solías realizar.
- Mejoran las relaciones con la familia, los amigos y en el trabajo.
- Calmas la mente.
- Empiezas a poner en práctica alternativas de solución efectivas.
- Aprendes a controlar los pensamientos negativos.
- Empiezas a quererte y aceptarte tal y como eres.
Ahora ya no tienes excusas para empezar tú terapia.
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