¿QUIÉN TIENE LA CULPA EN UNA INFIDELIDAD?

¿La persona que comete la infidelidad?, ¿La persona que colabora con esa infidelidad?, ¿La víctima?

Cuando vivimos una infidelidad, siempre tendemos a condenar directamente a la persona que cometió esa infidelidad. La llamamos fría, calculadora, sin corazón, cruel… ¿pero te has planteado si esa persona tiene el 100% de la responsabilidad en dicha situación?

En terapia, en el trabajo que realizamos desde el autoconocimiento profundo, debemos aprender que entre personas adultas la situaciones se generan debido a responsabilidades compartidas. En cualquier situación, ambas personas de la pareja son partícipes de haber llegado hasta allí, de haber creado y generado dicha situación.

¿Cómo es posible? Cada persona llega a esa situación de un modo distinto, por no tomar decisiones, por tomarlas, o por omisión de responsabilidades y acciones.

Así en una infidelidad en la pareja puede ser debido a que hay tensión porque hay conflictos no resueltos que disminuyen el deseo sexual hace tiempo, por ejemplo: la responsabilidad de dicha infidelidad es de los dos por no haber resuelto de forma efectiva la situación de conflicto entre ellos.

Quien se va con otra persona ajena a la pareja tiene un tipo de responsabilidad específica, pero aquél que ha dejado que disminuya la sexualidad en la pareja también es responsable en su medida de no haber cuidado dicha situación.

Entre adultos y en cualquier situación de conflicto, todas las responsabilidades son habitualmente totalmente compartidas y equilibradas en mayor o menor porcentaje en cada uno de los miembros del sistema, a pesar de que es muy difícil por parte de quien se ha sentido dañado reconocer eso.

Un adulto, en su sano juicio, debería saber controlar sus impulsos, gestionar sus emociones, responsabilidades etc. y la posición de “ adulto” en sí misma ya otorga un poder que confiere más responsabilidad a esta persona.

Trabajar el perdón en situaciones de brutalidad y trauma forma parte de un proceso terapéutico especializado, un proceso largo de aceptación y de seguridad hacia uno mismo.

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