¿CÓMO AFRONTAS LOS PROBLEMAS?

¿Quién no ha hecho una bola enorme con todos los problemas que tiene metiéndolos a todos en el mismo saco?

Tendemos a unir los problemas, hacer una bola enorme y meternos dentro a rodar con ella, a dar vueltas y vueltas, a quejarnos, a buscar el motivo, el «¿por qué a mí?» que tanto repetimos cuando nos pasan cosas de lo más injustas, pero te voy a decir una cosa, la vida es injusta muchas veces y lo mejor es aceptarlo y no luchar contra ello.

Primero de todo, sería interesante distinguir un problema de lo que no lo es. A ver si te suena la siguiente situación: «Me ha dejado mi pareja, en el trabajo no me va bien y encima he ido a comprar pan y ya no quedaba, ¡todo me sale mal!»

¿Cuál es el problema ahí? Los problemas tienen o no tienen solución, una situación que a nuestro parecer es negativa, no tiene por qué ser un problema. Que nos deje nuestra pareja no es un problema, es una situación que tiene sus fases, que hay que asimilar, son cambios, pero no un problema. Aunque nos los parezca, ese hecho en sí no precisa de la búsqueda de una solución. Si que puede acarrear problemas colaterales (dependiendo de la relación), pero eso sería cuestión de resolverlos uno por uno.

Que no quede pan donde has ido a comprar puede ser un problema, de magnitud 0,2, siempre puedes ir a otro sitio y ya estaría solucionado, no hay que preocuparse hay que ocuparse. Estos son los pequeños contratiempos que tendemos a ponerles el apodo de «problema», esa gota que colma el vaso y que visto desde fuera no debería tener ese poder en nosotros.

El verdadero problema que yo veo es el tema laboral, pero ¿qué ha pasado ahí? Hemos metido tres situaciones en el mismo saco, dándoles la misma importancia siendo tan diferentes. Y partiendo de ahí, seguro que somos capaces de seguir rascando y sacar mil «problemas» más uniéndolos a esa gran bola, problemas que pasaban desapercibidos pero que de repente cobran fuerza para justificar nuestra enorme bola.

Cuando te veas inmerso en una bola de problemas, sal de ahí, míralos desde fuera, dale a cada uno la importancia que tiene y siempre que puedas ocúpate, ve uno por uno, no englobes o eso hará que te satures, que te agobies y que no seas capaz de ver las soluciones que estén en tu mano.

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