En el Talmud está escrita esta poderosa frase: «Si no soy yo, ¿quién?; si no es ahora, ¿cuándo?»
Y ahora dime, ¿Sabrías decirme quién es tu mayor obstáculo?, ¿Y quién es tu mayor aliado? Pues tú mismo para ambas preguntas. Si consigues enfrentarte y afrontar tus miedos te haces valiente, grande.
Es por ello, que tú eres tu mejor aliado para conseguir todo lo que deseas en esta vida. Piénsalo, si no lo haces tú, ¿Quién lo hará?. Si no lo haces ahora, ¿Cuándo lo harás?
Tú eres la única persona capaz de hacerlo posible, y no existe otro momento que no sea el ahora.

Los cambios más dolorosos que tenemos que afrontar en la vida solemos pensar que son destructibles, ya sea porque hemos perdido a un ser querido, terminado una relación, o por algunas situaciones traumáticas vividas en la infancia
En el momento en el que ya no te deja crecer, cambiar, adaptarte. Tenemos que aprender que cualquier final es necesario para avanzar. El hecho de que los momentos no sean eternos, es momento para poder disfrutar y valorar cada uno de los placeres de la vida.
Con cada final nace una nueva oportunidad que tienes que aprovechar, el tren pasa muy pocas veces en la vida, tu decides si cogerlo o verlo pasar.
Cada cambio es una oportunidad de mejorar, de adaptarse a las circunstancias y de convertirse en una persona resistente.
Para mí no existe felicidad en la ausencia de problemas, sino en haber desarrollado las habilidades y aptitudes suficientes para lidiar con ellos.
Normalmente es en los momentos difíciles cuando lo vemos todo de color de gris. Nosotros mismos nos echamos las piedras en la mochila y tenemos que evitarlo. Si cuando la vida nos da un golpe duro nos centramos en las dificultades en lugar de en las oportunidades sera mucho más difícil avanzar.
Por otro lado, hay muchos otros casos en los que sin que suceda nada a nuestro alrededor que afecte a nuestro estado de ánimo nos ponemos limitaciones:
¿Cuántas veces me he dicho “no puedo” cuando sí que podía?
¿Cuántas veces no lo he intentado por miedo?
Ponerse más obstáculos en el camino de los que ya nos vamos a encontrar no tiene ningún sentido. Los obstáculos están ahí, solo queda superarlos.